Viene de la nota de Periodismo en Redacción titulada
Tortuga Laúd hallada muerta en Monte Hermoso en 2004. (Foto: Monte Noticias, periódico WEB) |
«
Siempre se trata de medirlos para ver si su desarrollo fue bueno. Ver si
segrega alguna sustancia por las mucosas. Siempre tener cuidado porque son
animales salvajes y transmiten muchas enfermedades, sobre todo los lobos
marinos. Si se trata de un animal que necesita atención, hasta hace unos años
nosotros lo traíamos acá. Si se puede alimentar por sí solo, como puede ser un
pingüino al que se le muestra un cornalito o una anchoa y él solo lo come, se
lo alimenta; porque eso indica que dentro de todo el animal está bien. En el
caso de un animal que necesita atención, como por ejemplo:
· No se puede parar porque tiene las patitas
entumecidas por recorrer grandes distancias.
· Presenta una diarrea importante.
· Su parte de grasa prácticamente no existe, la
quilla de la parte dorsal se le nota por estar muy flaco.
· Las plumas pierden impermeabilidad, la grasa que
segrega con su pico es escasa y por eso el agua penetra y le produce hipotermia.
· Está mal alimentado. La mayoría de los pingüinos
que pasan frente a nuestras costas son animales juveniles que pueden haber tenido
una mala alimentación en sus pingüineras o en el mar cuando van migrando,
porque no hay suficiente alimento. A veces los animales se alimentan con
plástico. Esto más que nada se ve en las tortugas, que cuando se les abre
estómago se encuentran tapas, bolsas. También hemos visto pingüinos con muchas
tapitas y muy bajo peso»
- expuso la Directora.
Continuó: «En
tal caso lo trasladamos acá y vemos si se le puede dar una primera atención. Si
está muy mal tratamos de llevarlo nuevamente a la playa para que termine su
ciclo en un área natural y no aquí en el cemento con gente, ruidos, gritos.
Trabajamos mucho con la Reserva Natural Pehuen Có – Monte Hermoso, que es un
lugar donde la circulación vehicular está prohibida y al estar los
guardaparques pueden tener un mayor control de que el animal no sea molestado
tanto por los turistas como por algún perro o algún otro animal. A otros
animales los hemos podido rescatar. Se les suministra suero o glucosa o, si ya
está bien, anchoas directamente. Hemos sondeado animales, aprendimos a hacerlo
junto a biólogos como Victoria Massola, que siempre está a disposición para
trabajar con nosotros y nos ha guiado en los distintos procedimientos».
Sánchez afirmó que en el caso de los lobos marinos,
cuesta muchísimo que la gente entienda que el animal sale a descansar. Prosiguió:
«Yo siempre les doy el
ejemplo de una familia que viaja una distancia larga. En algún momento el auto
tiene que parar para cargar combustible, la familia aprovecha y baja al baño o
va al kiosco a comprar algo para comer. El lobo marino está viajando y necesita
salir a descansar, a dormir. Es un animal que no demuestra demasiada actividad,
entonces uno supone que está herido. Pero no tiene nada, sólo está durmiendo o
descansando y él no sabe cuál es el mejor lugar para descansar. Justo cayó en
una playa donde estamos en plena temporada con un montón de turistas. Entonces
tratamos de sacar al animal, desplazarlo a este área donde están los
guardaparques para que el animal no corra ningún riesgo y esté tranquilo y así cuando
él lo decida pueda volver al mar. Lamentablemente, el turista no entiende que
no se tiene que acercar al animal porque, más allá de parecer torpe, se le
puede abalanzar inesperadamente y la mordedura de un lobo marino es complicada.
Debido a que la gente los obliga a regresar al mar, hay animales que han
fallecido detrás de la rompiente por agotamiento. Con los pingüinos nos ha
pasado que nos los trajeran en un balde con hielo, cuando el animal había
salido porque no tenía en condiciones su traje para evitar la penetración de
agua. A pesar de que sea verano, el agua no tiene que tocar la piel de las
aves, para eso tienen las plumas con grasa. Tanto los cetáceos como los
pingüinos, los lobitos, las tortugas respiran como nosotros. El desconocimiento
de la gente lleva a empeorar la situación de los animalitos. Año a año tratamos
de que la gente entienda qué es lo mejor para el animal».
Para concluir, expresó: «Monte Hermoso, al igual que Pehuen Co y Marisol
necesitarían preocuparse un poquito más con respecto a la aparición de estos
animales, porque en temporada o un fin de semana -que generalmente son las
fechas en la que los animales llegan-, tenemos que hacer algo con esos animales,
con esos avistamientos. Un domingo tenemos más de 100.000 personas y aparece un
animal marino en la costa, que mide 32 km pero hoy en día existen vehículos que
permiten recorrerlos en su totalidad sin ningún inconveniente. Es por esta
causa que Monte Hermoso ya no tiene áreas desoladas; ya está todo poblado por
los seres humanos, sobre todo en el área céntrica que es donde aparecen estos
animales. Necesitaríamos trabajar con biólogos que estén aquí, en el lugar;
porque cuando el animal aparece yo tengo que estar llamando a gente de Bahía
Blanca que tiene que dejar su trabajo, vacaciones u ocupación, lo que estén
haciendo y organizar la disposición de un vehículo para venir a buscar a los
animales. Tenemos que apelar a la colaboración de guardaparques y/o guardavidas
para que nos presten personal, pero ellos no pueden desatender sus propias
responsabilidades. Nosotros no tenemos un lugar para rescatar al animal y
traerlo. Cuando la gente me trae un animal se lo acepto para que la persona no
se sienta del todo mal. Cuando se van veo cómo trasladarlo y que termine su
ciclo en un área natural. Necesitamos profesionales que nos acompañen y que tengan
los conocimientos necesarios. Hemos planteado el problema a nivel oficial, pero
un inconveniente serían los costos, por ejemplo haría falta un vehículo
destinado a facilitar el traslado del animal, jaulas, dependiendo del animal a
veces se necesita una pileta para adaptar al animal para volver a su hábitat
natural, etc. El rescate de fauna es un tema que nos queda pendiente, es para
tenerlo en cuenta».
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