domingo, 12 de abril de 2015

A raíz del descubrimiento de un cetáceo muerto en Monte Hermoso

Viene de la nota de Periodismo en Redacción titulada
"Lo que sigue al hallazgo de una ballena muerta"
para ampliar información.

Dado que los  guardaparques de la Reserva Natural PehuenCó - Monte Hermoso se encuentran en permanente contacto con la vida en el mar y barren amplios trayectos de costa con sus patrullas diarias, no resulta extraño que sean los que generalmente protagonizan descubrimientos de este tipo.

Rubén González, Técnico de la reserva, así nos decía: “Muchas veces la gente se pregunta qué hacemos nosotros fuera de la temporada, ya que estamos todo el año. Bueno, nos toca atender un poquito otros aspectos de la reserva: como puede llegar a ser mantenimiento y las recorridas diarias que hacemos en todas las áreas, tal como las personas de campo recorren su campo para saber que está todo bien.” Fue durante una de esas recorridas que encontraron lo que en un primer momento pensaron que era un delfín y más tarde identificaron como una ballena picuda o zifio juvenil – a juzgar por los dientes que aún no están completamente desarrollados-. Pero como nos explicó González no pudieron determinar a qué familia pertenece exactamente porque estos grupos, a esta edad, presentan características muy similares y además el cuerpo ya presentaba síntomas de descomposición. Continuó: “La reserva tiene 3 pilares fundamentales: el apoyo a la investigación científica -este tipo de casos entra en ese marco de la organización-, otro es el control y vigilancia y la fiscalización, y la tercer pata tiene que ver con la concientización y la educación, aquí encuadra la actividad turística. Dentro de las áreas naturales protegidas el turismo no es el factor principal pero sí es muy importante a la hora de entender que mucha gente opta por venir a visitar la reserva y para la reserva es importante poder comunicar el valor que tiene la misma y de esa manera ayudar a la conservación. No tenemos que esperar que haya 60 o 70 guardaparques diciéndonos qué se puede hacer y que no, sino que es suficiente con que un grupo ayude a que la gente comprenda, respete y sea consciente de las actividades que puede hacer y las que no, en determinados lugares.”


La Sra. Natalia Sánchez, Directora del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso, refiriéndose al hallazgo de la ballena picuda comentó: “Dentro de todo los biólogos no están alterados por la aparición de este animal muerto porque fue uno solo, si hubiéramos encontrado más ejemplares, ahí sí habría que prestar atención y se podría dar una alerta.”

Después, recordó la aparición de otros cetáceos: “En el año 2008, cuando ya estaba formada la reserva pero todavía el área no estaba delimitada con el alambrado, se encontró una ballena franca austral sin vida sobre los sedimentos del área donde se encuentran las pisadas humanas. Sucedió justo en fecha cercana a la fiesta de la primavera, una de las más importantes para Monte Hermoso. Todos venían los fines de semana a ver la ballena que estaba en un estado muy avanzado de putrefacción, se sacaban fotos y se llevaban algún pedacito de los moluscos adheridos a la piel del cetáceo o alguna cosa así. Hasta hace poco se fueron encontrando partes del cráneo. La ballena salió aproximadamente 5 Km al oeste del balneario y el cráneo ahora fue avistado a 10 Km del centro. Algunas vértebras fueron a parar casi a Sauce Grande, que está hacia el otro sector de Monte Hermoso.” Asimismo, se han hallado cráneos de calderón, de mesoplodon (una especie de delfín), de franciscana -que es uno de los delfines más pequeños- así como también lobos marinos y pingüinos.” Consultada sobre el avistaje de cetáceos vivos, afirmó que se producen dos veces al año, una en verano y otra antes de la primavera; cuando tanto las ballenas como las orcas van migrando. Los pescadores este año pudieron filmar delfines comunes que se acercaron a la embarcación a unos 45 km de la costa.”

En cuanto a las hipótesis de lo que podría haberle sucedido al ejemplar encontrado, Sánchez expuso: “Se tienen que tomar un montón de muestras, se le hace una abertura en la parte del estómago para ver si el animal ingirió algo que no debía, se obtienen muestras de piel, de músculos y se investigan los diferentes órganos. Las muestras del cuerpo van a servir para determinar las causas de la muerte. Además habría que investigar por qué llegó a esta costa, el tema de las rutas de migración. En el Museo estamos entusiasmadas con el rescate del esqueleto del animal, pero cualquier pieza que se exhiba en un museo no sirve de nada si no se cuenta con determinada información. No serviría de nada tener un cráneo de dinosaurio que hubiera sido donado por una persona que no pudiera aportar mayores datos.    Si no tenemos información sobre esa pieza no pasa de ser algo vistoso. Se necesita saber a qué animal pertenece, la edad que tiene ese animal, dónde fue hallado, quién lo encontró, en qué situación, la parte estratigráfica, etc. En nuestros depósitos tenemos más de 6000 piezas que nosotros hemos rescatado. Cada pieza lleva una ficha con 1 o más imágenes con un detalle de información similar a nuestra historia clínica en el médico: las medidas, qué le falta, quién lo encontró, cómo lo encontró, quiénes colaboraron, en qué año fue encontrado, un montón de datos, se necesita eso, si no, la pieza no sirve. Estamos trabajando con Cristian Oliva, de Bahía Blanca, que nos está ayudando a hacer todo ese inventario. Cuando tengamos el esqueleto aquí necesitamos contar toda una historia y tener información, que es lo que nos va a quedar en el tintero, puede ser que averiguarla nos lleve un par de meses.”

Apenada por la situación manifestó: “Yo no tuve contacto con personas que quisieran acercarse para estudiar el ejemplar pero tengo entendido, por personal de la reserva, que hubo gente que estuvo tomando muestras en forma furtiva. De un día para el otro la ballena apareció con un tajo y eso no lo hace un zorro ni un chimango. Lo que duele es la invasión y que esa persona después se lleve un rédito sin reconocer el trabajo de los guardaparques, que son los que en definitiva encontraron el animal, lo publicaron y dieron aviso. Por eso, porque estamos expuestos a este tipo de acciones es que no queremos dejar el animal allí por mucho más tiempo.

Monte, dentro de todo, trata de agruparse: Prefectura, guardavidas, guardaparques y el Museo trabajan en forma coordinada como para que alguien se mueva y se haga algo en el momento. Si Monte tuviera un laboratorio, un lugar destinado al rescate de fauna donde se pudiera depositar este animal, si tuviésemos biólogos o un contacto mucho más fluido con los biólogos de la zona el trabajo sería mucho más fácil.” 


                                                                                                                                        


El domingo 12 de abril, tal como lo anticipó Natalia Sánchez (la Directora del Museo), bajo la dirección de la Lic. en Ciencias Biologicas Daniela Cardillo, acompañada por Ana María Domínguez y personal del Museo De Ciencias Naturales dieron inicio a la recuperación del esqueleto de la ballena picuda. El Museo agradece la colaboración de Daniela Cardillo y Ana María Domínguez; especialmente a los Guardparques de la Reserva Natural Pehuen Co - Monte Hermoso y a la Secretaría de Turismo por brindarles su apoyo para la realización de esta tarea...




  





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